miércoles, 26 de mayo de 2010

Clasica Lagos 2010


Pasando por la alfombra de control.

Con la tropa del foro

Iker, Gerardo, David y Yo, nos falta Alberto, pero está su ajusticiadora.

El viernes a las 9,00 de la tarde llegamos a Cangas de Onis. Cuando me estoy acercando al hotel veo a dos tipos con un taller montado en medio de la acera, son los dos grandullones Alberto y Gerardo, que están dando los últimos toques a la ajusticiadora. Saludos, abrazos, besos para Rosa, y mucha alegría de volver a ver a estos dos pájaros.
Una vez bajado el equipaje, me voy a coger el dorsal, ya de vuelta para el hotel veo a David con su mujer. Qué alegría de volver a veros, hace un año y pico que nos vimos pero parece que fue ayer. Una vez todos juntos vamos a cenar y a esperar que venga Iker. Le estamos esperando a pie de la carretera, y le vemos llegar en una furgoneta, después de que su GPS le mande por donde no debe, al final encontró Cangas de Onis.
Abrazos de recibimiento y a cenar. En la mesa hablamos de todo un poco, Gerardo con sus bromas, y pensando dónde se va a echar el cigarrito. Alberto con sus estrategias para el sábado, que si dónde salir, que si se va muy rápido, que si esto y lo otro. David muy seguro de si mismo. Iker, un poco acojonadillo, su rodilla no esta todo lo bien que él quisiera, pero le animamos entre todos y que haga lo que pueda. Después a descansar que hay que madrugar.

Nos levantamos a las 7,30. A las 7,45 estamos desayunando. El buffet tuvieron que reponerlo tres veces, pues el amigo Alberto no paraba de comer.
A las 8,30 pasa por la puerta del hotel Javito y su tropa de Flandes, paran a saludarnos y se van a la línea de salida pues quieren salir lo mas adelante posible, nosotros esperamos por Gerardo que no sé que se le ha olvidado en la habitación, creo que era el paquete de tabaco. Todos juntos partimos para la salida que ya está muy petada. Estamos más o menos por el medio, hace un día precioso, creo que vamos a pasar mucho calor. De todas las clásicas en las que he participado, en todas nos ha llovido. Hoy el chubasquero no vera la luz del día.
Se da la salida, salimos como siempre a toda leche, rápidamente pierdo de vista a Alberto que tira para adelante como un poseso. Yo voy por la parte izquierda pasando ciclistas pero sin apretar demasiado, pues prefiero ir cogiendo ritmo el las piernas poco a poco. A David, Gerardo y a Iker ya no los volveré a ver en todo el recorrido.

Hacia Ribadesella vamos muy rápido, voy en un grupo que tira muy fuerte, en esto que me saluda una voz muy conocida. Pero si es mi querido amigo Víctor! Sabía que estaba aquí, y qué alegría me da ir con él casi todo el recorrido. Llega la Tornería, primer escollo de la marcha, aquí pierdo de vista a Víctor. La subida la hago muy cómodo y sin problemas, la bajada es peligrosa pero ya nos conocemos, y se pasa bien. Camino de el segundo puerto vamos muy rápido, cuando me doy cuenta ya estamos comenzando la ascensión del Ortiguero. Es un puerto que engaña, pues comienzas con plato pero hay que quitarlo que sinó se te puede atragantar. Una vez coronado, hago una pausa para beber y comer unos plátanos, y para adelante. Estos kilómetros son favorables y en una buena grupeta no bajas de 45, 50 de media. Tengo la suerte de ir en un grupo numeroso y vamos como tiros. Aun así, cuando pasa algún grupo que viene más fuerte me agarro a ellos, mis sensaciones son muy buenas y me encuentro con fuerza. Llegamos a la rotonda que va hacia los Lagos, esta carretera, para el que no la conozca, pica para arriba y su asfalto es muy rugoso con lo que la bici se pega muchísimo. Voy en un grupo muy numeroso, y observo que todo el mundo va con plato grande, yo quito el plato, pues hay que ahorrar el máximo de fuerzas. Me empiezo a quedar de los últimos pero no me importa, sé que luego voy a adelantar muchos puestos. Llegamos a la curva de la Santina y busco a Rosa, pero no la veo. Al pasar por la alfombra del chip allí está ella con sus gritos de ánimo. Bajaría a darle un beso, pero mejor no bajarse, no sea que me entren malos pensamientos y no quiera volver a subir en la bici. Hasta la cima me quedan 12 Km. muy duros. Empiezo a ver muchos ciclistas que ponen pie a tierra antes de llegar a la Huesera; mal asunto para ellos. Voy pasando a muchos ciclistas, tal vez del grupo del que antes me descolgué, muchos otros están tirados en la cuneta intentando estirar. Yo sigo al tran tran para arriba, el calor cae a plomo, cosa que a mi no me va nada bien y lo noto mucho, aunque tengo fuerzas no puedo imprimir más ritmo, voy aplatanado por el calor.
Hay muchísima gente en la cuneta que nos anima, y se agradece mucho. Cada vez está más cerca la línea de meta, ya la veo; al fin se acaba esta montaña. Paso por la alfombra con 4h 22m. Mi mejor marca de todas las ediciones en las que he participado. Estoy muy contento. Me voy a tomar unas cocacolas, que me las merezco. Luego de vuelta para el hotel, en la bajada veo a David por el mirador de la Reina y le animo, venga que ya está hecho!.

Después a descansar y ha cenar todos juntos, menos Iker que se tuvo que marchar. Una lástima no poder estar mas tiempo contigo. En la cena se unió Javito y su amigo Ferdi de la peña Flandes. Con los cuales a la mañana siguiente Alberto y yo iríamos a subir el Fito con dos compañeros más de su grupo.

En definitiva, un gran fin de semana que espero que podamos volver a vivir todos, y cuantos más de este foro mejor que mejor.

Por cierto, si Javito hubiera estado en condiciones físicas normales, seguramente me hubiese pasado por encima en los Lagos, pero a pesar de eso, te sigo queriendo.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Puertos miticos de Ávila 2010




Esperaba con mucha ilusión esa marcha. La primera de la temporada, en la que me encontraría con compañeros que desde el verano no volví a ver, y en la que tendría la oportunidad de pedalear a su lado, y también ver mi estado de forma.

El tiempo no pintaba nada bueno para el fin de semana, todos sabíamos que nos íbamos a mojar, pero no sabíamos lo que nos esperaba en realidad.
En la cena con los compañeros del club de Colmenar Viejo, (donde sin ser del club, me acogen como a uno más), se trataba el tema de qué recorrido hacer viendo las previsiones del tiempo. Unos tenían clarísimo que la larga, otros la corta, y otros como yo dudábamos si la larga o la corta, todo dependería de cómo amaneciese y se fuera desarrollando el día.

El sábado a las siete de la tarde comenzó a llover y así se tiro toda la noche.
Me levanté a las seis y media, lo primero que haces en estas situaciones es mirar por la ventana. El suelo está mojado, y el cielo bastante negro pero no llueve. Bajo a desayunar, café y tostadas con mermelada. Hace frío, meto la bici en el coche y subo a vestirme con la ropa de mi foro. No se muy bien qué ponerme, si perneras, si chaleco… No quiero pasar frío pero tampoco quiero que luego me sobre ropa, al final perneras y maguitos y botines de Gore-tex.

Ya en la salida me encuentro con mi querido amigo Víctor, con el cual estaré en la primera parte de la marcha. Hace mucho viento, pero la temperatura no es excesivamente fría, puede haber unos 12º.
Salimos de Ávila para comenzar a subir la Panamera, 22 Km que se hacen en pelotón muy compacto. El viento que nos viene de frente es duro y eso hace que la marcha no vaya muy lanzada.
Al comenzar el descenso hacia el Barraco el viento racheado de costado es fortísimo, la sensación que tenias era la de no controlar la bici; parecía que se iba para donde ella quería. Me descuelgo a cola del grupo en el que voy, pues tengo miedo de ir en el y que alguno se me venga encima, desde atrás veo los bandazos que pegan algunos y hay que extremar las precauciones. En el horizonte se ve una nube amenazadora muy negra, parece que estamos yendo en dirección al infierno.
A estas alturas ya he perdido de vista a Víctor, pues le tiene mucho respeto a las bajadas y más en estas condiciones. Cuando se llega a Burgohondo hay que decidir qué camino coger, si hacer la ruta larga o la corta. El cielo cada vez está más negro y ya nos ha caído agua en la bajada, la verdad es que no me da mucho tiempo a pensar y como si una fuerza magnética tirase de mí, tiro en dirección al recorrido corto. En el mismo cruce está el avituallamiento, paro a tomarme un Isostar y ver si viene Víctor. Mientras espero tengo un remordimiento de no seguir con el grupo que se dirigió al recorrido largo, pero decido seguir para adelante por el camino que he cogido.

Van llegando noticias de los ciclistas de la ruta larga y también van llegando grupos numerosos que han tenido que dar la vuelta después de pasarlo muy mal en el puerto de Serranillos. Viento, lluvia, granizo y niebla, 4º grados de temperatura a 1.500 metros de altitud es mucho frío. Algunos valientes deciden tirar para abajo, hay más de 20Km de bajada, y en esas condiciones pueden ser muy duros, otros ateridos de frío deciden dar la vuelta y no continuar. En esta situación es lo más sensato que se puede hacer. Algún ciclista tuvo que ser atendido por la Cruz Roja por hipotermia, otros como pudieron bajaron el puerto que acababan de subir y se refugiaron en un bar a esperar que los autobuses de la organización fuesen a buscarlos. De unos 700 ciclistas que tomamos la salida, unos 160 la finalizaron. A veces las cosas no salen como quieres pero una retirada a tiempo es una victoria.
El próximo día 22 es la clásica de los Lagos espero que el tiempo se porte mejor y podamos disfrutar de un buen día de ciclismo. Ya os contaré.

Me quedan 45 Km para la línea de meta, y en el recorrido me encuentro con ciclistas desperdigados de uno en uno, o de dos en dos, pero ningún grupo al que unirme. Hago todos los kilómetros que me quedan solo contra el viento y las rachas de lluvia que caen de vez en cuando pero nada comparado con lo que les espera a los que han decidido hacer el recorrido largo. Despues de 3 horas y 10 minutos llego a Ávila.

martes, 4 de mayo de 2010

Una excursión a Peñatrevinca



Desde enero no he vuelto a escribir en mi blog, y no es por no tener que contar cosas, lo que pasa que por falta de tiempo estoy sin ponerme al día.

A día de hoy, que por cierto me lo tomé de descanso, los entrenamientos van bastante bien. Estoy saliendo casi todos los días establecidos, llevando a cabo el entrenamiento que me marco. Hay días que se hacen duros pero otros son mas llevaderos.

El fin de semana pasado, fuí con un club de la zona (club ciclista Viveiro) el cual me invitó a una excursión que realizaron a la provincia de Orense, concretamente al Barco de Valdeorras, a subir el puerto de Peña Trevinca; puerto muy largo, casi 27 Km. de ascensión. Sus últimos 6 Km. son los más duros y exigentes, se asciende a 1.850 metros de altitud.
Después e hacer un calentamiento de unos 33 Km llaneando, comenzamos la ascensión al puerto. Nada más comenzar ponen un ritmo fuerte de subida los cuatro machacas del grupo, yo con otro compañero les seguimos a unos metros de distancia. No hay que cebarse, quedan muchos kilómetros para la cima y vamos muy bien de ritmo, subimos con mucha agilidad y los kilómetros pasan muy rápido.
Pienso que voy a un ritmo demasiado fuerte para mi, pero me lo tomo como un entrenamiento y no como una excursión y me digo: “Bueno hasta donde las fuerzas aguanten seguiré a este ritmo”. En el kilómetro 20 comienza lo duro de verdad y es donde las fuerzas empiezan a fallar, pero cada vez queda menos. A estas alturas el ascenso lo realizo solo, ya que mi compañero sube a un ritmo que no puedo aguantar y aunque intento seguirle no puedo, así que a mi ritmo, y poco a poco se divisa la cima.
Ya estamos arriba. Han sido casi dos horas de subida, pero no puedo saber exactamente cuanto he tardado ya que mi ciclo computador Polar se me paró a falta de siete kilómetros para la cima.

La bajada preferimos hacerla en el autobús que viene con nosotros pues hace frío y no vamos a ganar nada con bajar en la bici, asíque calentitos en el bus y para abajo a ducharnos y comer.