jueves, 19 de agosto de 2010

Dolomitica Xtren 2010


Estamos en Milan.


Un sueño hecho realidad.

Cuando era un niño, soñaba con subir esos puertos Italianos que no sabia exactamente dónde se encontraban, simplemente oía las gestas y hazañas que los ciclistas hacían subiendo esos colosos alpinos y dolomíticos. Esos nombres sonaban en mi cabeza: Stelvio, Falzarego, Gavia, Tre Cima di Lavaredo, etc.

Algún día yo subiría esos puertos.Este año pude hacerlo realidad y compartirlo con la persona que también compartió mi sueño y me aguanta esta locura de la bici, mi mujer, tan sufridora como yo, pero de otra manera.Gracias por estar a mi lado.

Y ahora sigo soñando con esas montañas pero de otra manera.
Yo he estado allí, las he sentido, las he sufrido, las he admirado, y las he disfrutado. Ahora tengo una parte de mí en los Dolomitas, ahora todo es distinto.
Me traigo muchas imágenes, muchos momentos inolvidables, muchas emociones, un montón de amigos, y muchas anécdotas para recordar siempre.

El miércoles 21 de julio llegamos al Sport Hotel Europa en Alleghe, que pertenece a la provincia de Belluno. Es un precioso pueblo alpino que esta a los pies de un lago que se formó en el 1700 por un derrumbe de la montaña que taponó el río, el cual formo lo que ahora es el lago.

Este viaje lo realicé con Terra Diversions de Barcelona, un grupo humano compuesto por cuatro personas estupendas de las cuales tengo un grato recuerdo.

Gracias Nora, por tus cuidados y atenciones con nosotros, “tus niños”.

Gracias Ángel por todos tus ánimos y palabras de aliento en todos los puertos, y por ese pulpo á Feira que nos tenemos que comer.

Gracias Albert por tu paciencia con nosotros, y por tenernos todo a punto para comer en los avituallamientos.

Gracias Pau por tu generosidad en los puertos y por hacerme más llevadero el final de alguno de ellos.

Las jornadas comenzaban temprano, a las 7h había que levantarse para desayunar a las 7,30h. A las 8,30h salíamos para realizar la etapa correspondiente del día, que la noche anterior se explicaba con todo detalle cómo iba a ser y con las dificultades que nos encontraríamos.


Alleghe en la noche, tiene un color anaranjado.



Sottoguda.

Día 1 (3.310 m. de desnivel).- Passo Fedaia (La Marmolada), Passo de Sella, Gardena y Campolongo. Hablar de qué recorrido es más fascinante es difícil, todos tienen algo especial, y no te cansas de admirar tanta belleza natural.El Paso Fedaia es un puerto muy duro con sus cuatro últimos kilómetros que parecen no acabarse nunca. Al comienzo de este impresionante puerto pasamos por el cañón de Sottoguda, de una belleza casi irreal. Una carretera estrecha con altísimas paredes de roca llena de vegetación, un torrente de agua cristalina que te deja con la boca abierta en los tres kilómetros que tiene. Esta carretera está cortada al tráfico y sólo se puede pasar con un permiso que tienes que pedir.

Los otros tres Passos no se quedan atrás en belleza y dureza, cualquiera de ellos merece la pena verlos y disfrutarlos.



Passo Giau.


Nos dirigimos al passo Sella.


Passo Fedaia

Día 2 (3.760 m. de desnivel).- Passo Giau, Tre Croci, Tre Cime di Lavaredo y Passo Falzarego.Tal vez la etapa más dura, 3.760 m. de desnivel acumulado.El Giau, un puerto largo y de una singular belleza. En once kilómetros una dureza mantenida casi al 10%. Descendemos a Cortina D´Ampezzo para afrontar la subida a Tre Croci de 8 Km. de ascensión para hacer una pequeña bajada que nos lleva al lago Misurina, para afrontar el temido y muy duro(tal vez el mas duro de todos los que subimos) Tre Cima di Lavaredo, con tan solo 8 kilómetros, cinco de ellos entre el 12 y el 15 por ciento de media con puntas del 18%. Aquí cada uno subió como pudo. Hay muy poco tráfico, pues hay que pagar un peaje por subir. El cielo amenazaba lluvia y el paisaje parecía de una novela de Tolkien. Tornati tras tornanti, este puerto parece que no se acaba nunca, pero todo tiene un final y después de una curva diviso el refugio a la derecha y una sonrisa de oreja a oreja se dibuja en mi cara. Ya está conseguido, ya lo tengo, soy feliz de coronar este puerto con el que tanto he soñado y visto en las fotos. Terminamos el día con el Falzarego, donde la lluvia nos acompañó un rato y tuvimos que abrigarnos para bajarlo. La bajada de 14 Km. la hacemos por Selva di Cadore, una preciosa bajada con muchas tornanti que hace que disfrutes como un niño.
Al llegar a Alleghe todavía tenemos fuerzas para disputar un volata, la cual lanzo pensando que estoy entrando en el pueblo, pero después de 200m. veo que todavía me queda mucho, así que soy engullido por el pelotón.

Día 3 (3.470 m. de desnivel).- Passo Duran, Forcella Staulanza y Colle Santa Lucía., El Passo Duran es todo un puertazo con mucho desnivel que se agarra mucho. Esta etapa fue la más corta de toda la travesía pero de igual belleza que las anteriores. Tuvimos toda la tarde libre para hacer un poco de turismo, Rosa y yo subimos a la estación de esquí del pueblo, que se llama Civetta.

Es un placer estár aquí contigo.




Día 4 (2.620 m. de desnivel).- Passo Valparola y Plan de Coronas

Para coronar Valparola subimos de nuevo el Falzarego pero por la vertiente contraria, tomamos un desvío y nos lleva a la cumbre de Valparola. Desde aquí un descenso largo que nos lleva hasta Alta Badia, desde allí continuamos para subir el Paso Furcia donde termina el puerto que da pié a los remontes de la estación de esquí de Plan de Corones; aquí la carretera se termina y comienza lo que es un camino de cabras lleno de grava y arena por la que hace tres meses se hizo una cronoescalada en el Giro. Este camino no esta hecho para bicicletas de carretera, es una locura subirlo, pero lo subimos casi todos. Son 5 Km. interminables y de difícil conducción, pues la bici patina si te pones de pie, la dirección en las curvas es difícil de dirigir,… en fin, una verdadera trampa, y luego piensa que tienes que bajar por el mismo sitio.
Aquí te encontrarás con rampas del 17 al 25%, en la zona alta soplaba un viento fortísimo que a punto estuvo de sacarme del camino y llevarme a la pradera, pero al final lo subimos y lo bajamos sin novedades.
Desde aquí nos dirigimos a Brunico, que pertenece a la provincia autónoma de Bolzano. La lengua materna es el alemán, está cerca de la frontera Austríaca.




Pau, haciendo de tifossi en el Passo Furcia.


Reponiendo fuerzas.


Menudo plan el de Corones...




Día 5 (3.710 m. de desnivel).- Val Martello y Passo de Stelvio.-

Desde Brunico hacemos un acercamiento para subir un puerto desconocido para todos, Val Martello, pero que a partir de ahora nos dejará un buen recuerdo por su dureza y por sus paisajes y por sus últimas tornanti, todo un puertazo de primera, con 22km y rampas del 17%. Este puerto se tiene que bajar por la misma cara que se sube pues no tiene otra vertiente.
Desde aquí, con un viento de frente y una carretera pestosilla, nos dirigimos a su majestad el Stelvio. Qué decir de este Passo, mito, leyenda, único, quién no ha soñado con coronarlo, con pasar por sus 48 tornanti y ver el glaciar a la izquierda según vas acercándote a su cima.
El tiempo parece detenerse, se hace muy largo, no dejas de pasar una y otra tornanti y la cima sigue tan lejos, pero poco a poco vamos divisando lo más alto de la montaña y al mirar hacia abajo ves todo lo que has dejado detrás, y sientes mucha emoción. Ya a punto de coronar, oigo la voz de Rosa animándome, un último esfuerzo y está conseguido, los ojos se me llenan de lágrimas. Estoy muy cansado pero muy felíz, hace mucho frío y el aguanieve que cae me hace tiritar de frío. Como un poco y me abrigo. No estamos mucho tiempo en la cima, ya que el día no permite estar para mucho paseo. Me gustaría haber estado más tiempo en esta montaña pero no pudo ser, así que partimos en dirección a Bormio, al hotel que tenemos en Valdisotto.
Desde aquí haremos la última etapa.


Que feliz me siento, está conseguido.


En la cima del Stelvio.



Albert con el café.


Los mejores de la travesia.

Día 6.- (3.270 m. de desnivel).- Mortirolo y Passo de Gavia.

El día amanece frío, y el primer tramo es en descenso, así que nos ponemos los manguitos y algunos las perneras y las chaquetillas y cortavientos. Vamos en dirección a Mazzo di Veltelline, donde comienza el Passo di Foppa, más conocido como Mortirolo. Uno de los puertos que hizo la leyenda del Pirata Pantani, en el kilómetro 6 del puerto podréis ver la estatua en su honor y muchas pañoletas colgadas en el muro de piedra, un momento muy emotivo.

Antes de comenzar la ascensión nos despojamos de las prendas de abrigo, pues el día empieza a abrir y el sol hace acto de presencia.

Vamos pasando por callejas estrechas que se empiezan a agarrar, la carretera es muy estrecha y comenzamos a meternos en una zona boscosa que nos acompañará casi hasta la cima. Hay tramos muy duros, menos mal que son cortos, pero tienes que ponerte de pie y tirar de riñones.
Las rampas de mayor porcentaje son del 19%, los 2km finales son muy llevaderos, y en esta zona los árboles desaparecen para dar paso a unas praderas verdes muy bonitas en las que apetece tirarse a descansar un rato.
Después de una hora y media corono este puerto mítico. En honor a Pantani entro lanzando un sprint en su cima.
Bajamos el puerto en dirección a Ponte di Leño, para hacer la última ascensión de la travesía y nos despedimos nada menos que con otro coloso, el Passo del Gavia. Otro puerto duro, y con carretera muy estrecha.
Un puerto largo y con pendientes duras muy parecido al stelvio, más corto pero con mayor desnivel. Aquí tuvimos sol, lluvia, viento, y sobre todo muy buenas sensaciones. Aunque cansado, pero con la moral muy alta; no podía dejar de imaginarme las historias que este puerto ha dejado en nuestras retinas, con esas imágenes de los ciclistas pasando este puerto y la nieve encima de ellos, ateridos de frío y con hipotermia en su cumbre, qué grandes historias guarda este puerto, y qué grandes ciclistas han dejado aquí su huella y su leyenda.
La bajada a Valdisotto es larguísima, casi una hora de descenso. Según voy bajando, pienso que el viaje llega a su fín, y me da un poco de pena, pero lo que he vivido; eso ya no me lo puede quitar nadie, y las montañas seguirán estando aquí. Así que me voy muy feliz y con ganas de volver algún día para volver a disfrutar de estas majestuosas montañas.






El Gavia nos amenaza.


Con mi Amigo Leon en la estación de Milan, volvemos para Eapaña.