martes, 18 de septiembre de 2012

AURITZ BURGUETE DESAFIO EN EL PIRINEO NAVARRO 2012


Una nueva aventura  al zurrón. Este pasado mes de julio, me embarqué en la Auriz Burguete, desafío del Pirineo Navarro con la gente de Pedalier.

Una semana por las montañas y  los bosques del Pirineo Navarro,  otro sueño hecho realidad.

Poco a poco acumulando vivencias, amigos, lugares…tantas pequeñas cosas que al final hacen inolvidables todos esos momentos que algunas veces parecen poca cosa, pero que ves lo grandes que se hacen cuando te vas.

Han sido 6 etapas  cada una con algo para recordar, todas tienen momentos únicos: sus risas, el frescor de la mañana, el calor, el viento en la cara, la libertad, sus subidas interminables, sus largas bajadas, sus momentos de relax después de un duro puerto, tu mirada perdiéndose en el horizonte de las montañas del Pirineo Navarro dejando volar tu imaginación... Sintiéndote libre, como esas águilas que planean en un cielo azul  sobre sus dominios.

El domingo 22 de julio sobre las 16,00 h  llego a Burguete,  un pueblo del Pirineo Navarro muy peculiar, con unas estructuras y unas calles estrechas y largas que no me esperaba encontrar. Dicen que tiene un parecido a los pueblos helvéticos.

El alojamiento y campo base lo tenemos en el hotel Loizu, es un hotel pequeño pero acogedor de gente amable.

Me presento en recepción y me dan la llave de mi habitación,  que compartiré con otro compañero de travesía.

Una vez instalado, bajo a la recepción y allí están Jon y dos compañeros más, nos presentamos y vamos a dar una vuelta por el pueblo para hacer tiempo hasta la cena.

Esa noche dormí, muy a gusto y fresquito, de estar acostumbrado a los 28 grados de las noches de Madrid, a los 20 del pirineo. Qué maravilla!


Lunes 23, primera etapa  con solo 54 km,  primera toma de contacto, luego saldrán 65 km. (en la primera etapa la salida fue a las 15,00 h)

En está etapa Jon  nos llevó a ver un tigre que estaba en el alto de Joxepita. Si puedo pondré una foto del tigre.

En la bajada del puerto, su cachorro casi da con mis huesos en el asfalto. De unos matorrales me salió un gato montes que fue a estrellarse en mi rueda delantera, para luego sentir los dientes de mi plato grande en sus lomos, por suerte pude librarme de la caída casi segura. Menos mal que no llegué a tocar los frenos. Después del susto volvemos para el hotel. Jon, el compañero Santiago y yo decidimos subir hasta Roncesvalles  para subir Ibañeta .


Martes 24 de julio 2ª etapa.

Hoy salimos con dirección a Roncesvalles para volver a subir Ibañeta, son dos kilómetros muy llevaderos que hacemos todo el grupo compacto. La otra vertiente no tiene nada que ver con esta.  La vertiente de bajada tiene 17 km y nos lleva a Francia, a ST Jean de Pied de Port. Hoy subiremos Burdinkurutzeta, un puerto que se ha subido 2 veces en el Tour, aunque  no solo hicimos este puerto; pasamos por otros que aunque cortos con dureza, como Haltza, 8% de desnivel, Artaburu con alguna rampa al 10% al final 114 kilómetros, y con ganas de más.


Miércoles 25 de julio 3ª etapa.

La etapa más larga y una de las más duras. 140 km y 3.300mts de desnivel acumulado.

5 puertos nos esperan con un sol de justicia. La temperatura hoy es alta, el termómetro llegó a tocar los 32 grados.

El primer puerto que ascendemos es el Abaurreagaina, con casi 10 km de distancia pero que se sube con comodidad. El segundo es Larrau por su cara amable, una vez coronado hacemos un descanso par comer, beber y las  fotos de rigor. El día en la cima es espectacular, con unas vistas impresionantes, se puede ver la majestuosidad de estas montañas y sus valles hasta donde pueda llegar tu vista.

Hacemos el largo y peligroso descenso de Larrau que nos llevará hasta las primeras rampas de Bagargui. 9,6 km de dura ascensión, yo diría durísima y encima el calor que hace, no  lo va a poner fácil, pedazo de puertaco.

Una vez coronado, con más pena que gloria, llegamos a los chalets de Irati, aquí hacemos un reagrupamiento y descendemos por una zona boscosa que nos lleva a dos lagos para llegar a Burdinkurutzeta. 2 km al 6% para llegar a St  Jean de Pied de Port donde nos esperan los 17 km de Ibañeta, los mismos que bajamos por la mañana, después de la paliza que llevamos, este puerto al 4,6 % se hace interminable, parece que no se acaba nunca, pero después de esa curva……llegamos a su cima. Ahora ya solo queda dejarse caer hasta Burguete.

Como es costumbre después de todas las etapas, la ansiada ducha y a merendar. Mucha pasta, paté, queso  y toda la cerveza que te puedas tomar, y así todas las tardes después de la batalla, el descanso del guerrero.

Pero no te pases con la birra que mañana hay más de todo. A las 21,30 a cenar y a descansar.


Jueves 26 de julio  4ª etapa.

Hoy es un día un poco distinto a los demás. Etapa corta pero con una cronoescalada, la lV subida Aitza, homenaje a Txente García Acostar.


 Pero antes de eso hay que llegar hasta el pueblo de Orbara, que es donde se realiza la crono.

La etapa tenía que ser de 66 km pero como todos somos unos  “ansias vivas” y la etapa nos parece  algo corta la alargamos hasta los 90 km, crono incluida.

Después de atravesar el boscoso valle de Arce, un sitio precioso y lleno de encanto, nos lleva hasta un embalse y desde  aquí hasta Aribe y Orbara.


Orbara es un pueblo pequeño y tranquilo, parece que el tiempo se ancló en este lugar, un sitio en el que se siente la calma y la paz de todo lo que te rodea. En el centro del pequeño pueblo está la iglesia, y custodiándola alrededor de ella las casas del pueblo.

Cuando hicimos nuestra llegada al pueblo, la sorpresa fue ver que allí estaba Txente García Acosta esperándonos para recibirnos, Sorprende ver la corpulencia de este ciclista y gran gregario que corrió tantos años como profesional. Tuve el honor y la suerte de compartir mesa y mantel a su lado en la churrascada que nos ofrecía la organización, y allí estuvimos hablando de ciclismo y muchas otras cosas.


Pero antes de comer se realizó la crono  con casi 6 km de ascensión, con sus últimos 3 km con una media que supera el 8 %.

 Yo subí el puerto para ver lo que tenía escondido, lo subí a mi ritmo sin forzar. No quería dejar ningún puerto sin subir, pero tenía decidido no participar en la crono, prefería reservar las fuerzas que me quedasen para los próximos días. No solo yo pensé así, algún compañero más hizo lo mismo que yo.

El vencedor de  la crono fue el compañero  Ivan Ticó seguido de Joxe Mari Goia e Iñigo Ortuoste.  

En féminas venció  Rosa Sánchez.


Después de la comida, hubo una pequeña  fiesta, amenizada  con un concierto de  Gorka y Gonzalo, y también las canciones y monólogos de Carlitos.  Vuelta para el hotel y por cierto, a buen ritmo. Es lo que tiene el churrasco.


Etapa 5ª viernes 27 de julio.

Hoy realizaremos la etapa reina.

Suena el despertador, abro los ojos perezosamente, un cuchillo de luz entra por el corte de  la ventana, el canto de los pajarillos llega hasta mis oídos, ese dulce trino mañanero  hace que me siente en el borde de la cama. Me dirijo hacia la ventana con un dolor de piernas considerable, la abro de par en par para ver que día nos espera y lo primero que me llega es el aire fresco, la brisa del amanecer del Pirineo Navarro.  El día es perfecto como todos los que llevamos. Maillot y culote , no hace falta nada más de ropa. Bajamos al desayuno y allí estamos casi todos como todas las mañanas, cada uno va llegando sin prisas, con calma, nos sentamos donde hay hueco, la mesa está distribuida como si fuese la ultima cena de Jesús, pero con más cachondeo. Bueno, al menos eso creo, que yo en la otra  cena no estuve.


En el jardín del hotel  preparamos los últimos detalles para afrontar la penúltima de las etapas. En está ocasión tenemos la grata visita de Xavier Zandio del equipo SKI, Enrique Sanz del Movistar, y dos Elites del equipo vasco Lizarte. Los cuatro realizarán la etapa con nosotros, o nosotros con ellos. El día promete.

Emoción, dureza, disfrute, calor, muchos paisajes y buena compañía.  

Comenzamos pedaleando en dirección a Espinal, carretera de mucho tobogán, para llegar a un cruce que nos lleva a  una carretera estrecha y con muchísima vegetación, a veces las sombras son tan intensas que te tienes que quitar las gafas de sol para ver algo. Carretera solitaria y sin tráfico, que nos llevará hasta el valle de Urepel.

Desde aquí, un descenso muy sinuoso, en el cual hay dos caídas pero sin mayor importancia, como se suele decir, “chapa y pintura”

Uno de los colosos a los que tenemos que vencer en la jornada de hoy es Lindux, casi 9 km, rampas entre el 15 y el 13 %

La pendiente media es de 8,4%.

El otro coloso es Beillurti, con 7,3 km de distancia, con una pendiente media del 11,6 %.  Comienza en una zona boscosa y su primera rampa asusta un poco, es de esas que te las quedas mirando y dices…Joderrr.  Alguno duda si podrá subir por ese rampón del copón. Yo no lo pienso y me lanzo para arriba sin más, y con todo metido p`arriba con mi 36 x 29.

Mientras oigo a Zandio decir: -y yo con un 39 x 25.

Me empiezo a retorcer en la bicicleta, las rampas más duras coinciden en las curvas de herradura, con picos del 22 %.

El asfalto no ayuda mucho ya que la carretera está muy descarnada y con bastante gravilla suelta, cuesta mantener el equilibrio.  Por un momento pienso que me voy a caer hacia un lado, las ruedas escalan en la grava y no te puedes poner de pie, todo a base de pura fuerza y apretando los riñones, se me pasa por la cabeza poner pie en tierra y subir andando esos tramos, pero eso no sucederá, en peores plazas he toreado.

Zandio me pasa en una curva y me dice: -vamos que esto ya está  hecho. No puedo ni contestarle, mi respiración me impide hablar y solo puedo ver como se va alejando de mi como mariposa que vuela libre flotando en el aire.

Pasado lo peor  ya se ve la llanura de las montañas sin vegetación, castigadas por lo duros inviernos que hacen que no crezca nada en su zona alta. Llegaremos a Beillurti, donde descansaremos y nos reagruparemos. Desde aquí descenderemos para llegar a Azpegui. Pero esto no se acaba aquí, todavía quedan 40 km para rematar la etapa, y todavía hay que subir muchos repechos duros que nos van dejando huella en las piernas. Para colmo en un paso canadiense, se contabilizan 4 pinchazos todos seguidos, y entre ellos, yo.

Ya dirección al hotel, el ritmo de marcha es fuerte, esto hace que el grupo termine perdiendo contacto con los de cabeza y terminamos fragmentados, y así llegaremos al hotel.

Nos despedimos de Zandio y compañía deseándoles un buen final de campaña y agradecidos de pedalear con ellos, ojala se pueda repetir. ( Zandio correrá la vuelta a España)

Esa noche la lluvia hizo acto de presencia.


Etapa 6ª sábado 28 de julio.

Hoy la etapa es algo más llevadera. 118 km con un desnivel de 2.300 metros, con tres puertos sencillos.

Izpegui, Artesiaga, y Erro. Aunque los desniveles son llevaderos a estas alturas ya todo hace pupa, pero disfrutamos como siempre.

 La etapa discurre por territorio Miguel Induráin.

El día es bucólico, niebla y una fina llovizna nos acompaña a lo largo del recorrido.

Parece que el  pirineo Navarro está triste, tal vez sabe que hoy es el ultimo día que surcaremos sus montañas…pero seguro que volveremos.


El último día de una travesía siempre se hace extraño. Se mezclan muchas sensaciones difíciles de explicar.

Pena, alegría, añoranza, la satisfacción de haberlo conseguido, haber llegado hasta ahí sin fallar. Ha sido todo perfecto, pero esto se acaba y una parte de ti no quiere que sea así, pero como todo en la vida tiene un final, solo hay que saber disfrutar cada momento, saborearlo al máximo, para quedarte con ese sabor de boca, con esos momentos que vivirás cuando tu quieras. Cuando estés lejos de esos lugares podrás revivir sus momentos en los largos y fríos días de invierno.

Compañeros, risas, batallitas y tantas cosa más.

Quién sabe cuando nos volveremos a encontrar, solo  espero que sea pronto.


Hace unos años, una persona muy importante en mi vida me dijo: -Cuando estuviste en Dolomitas, una parte de ti se quedo allí, en esas montañas.


Ahora pienso que es cierto que una parte de mi se quedó allí. Tal vez esperando que vuelva. A cada sitio que vas, que se mete en tu corazón y te deja huella  siempre una parte de ti se queda allí, tal vez para que no te olvides y vuelvas.