miércoles, 22 de septiembre de 2010

Fin de temporada


Pedro Horrillo y yo, en la salida de la Clásica de los Puertos esmeralda. Año y medio después de su gravísimo accidente en el giro de Italia sigue dándole a los pedales y muy bien por cierto.

Con la Clásica de los Puertos Esmeralda, pongo el broche de oro a una temporada ciclista muy intensa y muy bonita. En la cual he vivido grandes momentos, algunos muy intensos, llenos de épica y de emoción, como ha sido mi travesía por los Dolomitas. En la que he podido disfrutar de un gran sueño hecho realidad, y he tenido la suerte de conocer a muy buena gente y tener nuevos amigos, que espero sean para siempre.

Han sido muchos momentos encima de la bicicleta, muchos entrenamientos para estar lo mejor posible. Muchas marchas, muchos puertos, y sobre todo, mucho apoyo y comprensión por parte de mi mujer, Rosa, de la que estoy muy orgulloso y agradecido de que comparta conmigo esta pasión y que me acompañe en todas mis aventuras.

Ahora toca descansar, y en Diciembre volver a pensar en nuevos retos y nuevas aventuras. Pero para eso todavía queda tiempo. De momento me quedo con los buenos recuerdos que este año he podido vivir. Los malos no interesan... ¿Que seria de la vida sin recuerdos? Sencillamente, nada.